La doctora Fernández de Kirchner hizo la presentación de su gobierno en Harvard y posteriormente respondió las preguntas de los alumnos.
Las preguntas eran jodidas, las respuestas sarcásticas. Los chicos leían preguntas de dos líneas, la Presidenta hablaba horas sin leer ni un apunte, ninguneó a la universidad de La Matanza y no respondió nada sobre la re re.
En tanto, los medios cumplieron su triste papel buscando como siempre un ganador y un perdedor. Los futuros Redrados y Cavallos fueron transformados en niñitos inocentes por los comunicadores de la oposición o los tontitos manipulados por Clarín y el PRO, y los fondos buitres por los otros.
En fin, ni más ni menos que otra patética postal de esta Argentina del 2000.
